En las últimas semanas han corrido ríos de tinta y han proliferado los espacios radiofónicos y televisivos que han tratado la que seguramente es la noticia con más repercusión mediática de los últimos meses: la matanza de más de treinta personas en la universidad de Virginia, en los Estados Unidos. Podemos relacionar este hecho con los medios desde distintos puntos de vista:
De una parte, la tan traída y llevada cuestión de la presencia de la violencia en los medios de comunicación, en forma de series de televisión, dibujos animados, películas, videojuegos, etc., que muchos consideran como un problema y una de las causas de la violencia entre los jóvenes y en la sociedad en general; pero que también podría considerarse como un reflejo de la violencia presente en las sociedades actuales, es decir, que no son una causa de esta violencia en la sociedad sino más bien consecuencia de la misma.
Por otra parte, y no menos importante, la repercusión que se da en los medios a este tipo de hechos, que es mucha, y que parece ir cada vez en aumento.
Desde nuestro grupo, nos gustaría reflexionar brevemente sobre ambos aspectos. En cuanto a los contenidos violentos de los medios que pueden considerarse como una causa de ciertos comportamientos sociales, es innegable que son excesivos y en muchas ocasiones inadecuados al horario en que se emiten o incluso al público al que expresamente van dirigidos. Todos tenemos en la cabeza numerosas series de dibujos animados de constantes luchas que, por su estilo y por el horario en que son emitidas, van evidentemente dirigidas al público infantil. Como ejemplo paradigmático citaremos la archiconocida Bola de Dragón. Y no sólo son las series de animación, sino otras muchas emisiones que en nuestra opinión no resultan del todo saludables para ningún tipo de público, pero mucho menos para los niños, que tienen a su alcance perfectamente una película de Van Damme en horario protegido y que les puede ser ofrecida incluso por la televisión pública. Sin embargo, no podemos cargar a los medios con toda esta responsabilidad, ya que los padres deberían ser mucho más conscientes y responsables de lo que ven sus hijos, de los videojuegos que ocupan su ocio, etc.
Por otro lado, la repercusión que dan los medios al tipo de casos como el que nos ocupa, es del todo desorbitada y el tratamiento incorrecto desde la raíz. No es admisible desde nuestro punto de vista la emisión de los vídeos que el homicida grabó entre sangría y sangría en exclusiva por la NBC, emisión que han secundado otras muchas televisiones. No pensamos que sea positivo este tratamiento, esa forma de darle importancia y protagonismo a seres tan deleznables como el que ha cometido este atroz asesinato múltiple. Si es información necesaria o no, no vamos a juzgarlo nosotros. Pero desde luego es indignante el tratamiento de las imágenes como si de una colección por fascículos se tratara.
Como conclusión, diremos que la violencia en los medios se trata de manera totalmente inadecuada y repugnante en ocasiones. No obstante, tampoco pensamos que sea la causa de este tipo de sucesos, es decir, no por ver series de contenido violento o jugar a videojuegos que incluyen la violencia la gente sale con un arma y mata a treinta personas. Pensamos que es necesario que previamente esa persona tenga algún tipo de trastorno que le venga de antes. Sin embargo, todo esto puede colaborar a una espantosa sociedad donde la violencia tenga cabida. Cabida que por otro lado se le da cuando desde los medios se dota a estos personajes de la condición de importantes, y adquieren el protagonismo que de alguna manera buscaban.
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